Llegar del aeropuerto al centro de la ciudad lleva alrededor de 30 minutos y se recorre lo que parece ser una zona industrial... Aún recuerdo mi primer viaje a Guadalajara, hace 8 años ya...
La entrada de la ciudad me dio miedo, se veía un sitio frío y sin vida, no reflejaba la vida y la calidaz que encerraba en el centro.
En esta ocasión me encontré con dos novedades, primero, que preparándose para los panamericanos de 2011 muchas calles, fuentes y parques se encontraban en reparación, y segundo, el "Macrobus", la versión tapatía del metrobús. son unos animalones impresionantes, dos camiones pegados. Sus paraderos también son muy llamativos, prácticamente son pequeñas estaciones. Reconozco que sigo siendo un provinciano, así que ese tipo de cosas me llaman la atención jejeje.
El hotel no es lo más lujoso, pero en realidad es bastante cómodo y bonito, además de que estaba a unas cuantas cuadras de la Plaza Tapatía, lo que nos permitiría pasear un rato al salir de la expo. También quedaba a unas cuantas cuadras del restaurant La Chata, punto de visita obligado en cada viaje que hemos hecho.
Ya por fin instalados comenzó nuestro paseo, el cual narraré en mi próximo post
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