Solo por una noche

Ayer, 15 de septiembre, a la hora de cenar puse en la tele la repetición del grito de la Independencia en el zocalo de la Ciudad de México.

Siempre escuché los comentarios de el enorme gasto por las fiestas del bicentenario, el desvío de fondos, los presupuestos elevados, en fin, un panorama poco agradable.
Pero cuando vi que comenzaba el espectáculo pensé -solo por una noche-

Sólo por esta noche voy a pensar que  que vivimos en un México justo y con paz social. Que no existen las desigualdades ni la corrupción. Que la inseguridad es cosa del pasado.
Solo por esta noche quiero sentir que nuestro futuro no es incierto, que en realidad somos un pueblo unido y que cada mexicano tiene un futuro asegurado.
Solo por esta noche voy a pensar que la vida no apesta, que no es equis ni nos da igual, que en realidad todos nos sentimos orgullosos de nuestro país.

Y fue así, olvidando la realidad por una noche que disfruté de una fiesta en realidad hermosa, una celebración que en verdad es lo menos que merece una nación que cumple dos siglos de existencia y que ha podido subsistir contra viento y marea, Un país hermoso y lleno de tantas maravillas como de cosas malas y con un pueblo noble y cálido y que sabe unirse cuando es necesario.

No es negar la realidad, es solo disfrutar el momento para poder tener fuerzas para seguir adelante.

Para quien no pudo verlo, comparto los vínculos de la transmisión oficial, aunque el audio está muy chafa, las imagenes valen la pena.