Navegando por YouTube me encontré con un vídeo que no podía dejar de compartir: El Gigante egoísta.
Basada en un texto de Oscar Wild, esta animación nos acompañó a mis hermanos y a mi muchas mañanas de navidad, tras abrir los regalos que nos dejaba Santa Claus y antes de sentarnos a desayunar.
Era un clásico que año con año se repitió, hasta que un día, como la infancia, sin darnos cuenta, quedó en el olvido.
Ahora que vuelvo a verla me sentí por un momento como el chiquillo que se acostaba en el suelo en pijamas a ver esas historias, sin problemas ni preocupaciones.
Para quienes no conocen el cuento, "El gigante egoista" narra la historia de un gigante que no quiere compartir su jardín con los niños y paga las consecuencias. Ahora al verla con la perspectiva de un adulto me doy cuenta del mensaje que parece decirnos Oscar Wild, o al menos el que yo entiendo, pero cada quien debe entenderlo a su manera.
Quienes lean mi mensaje y conozcan la historia o quieran ver el vídeo están invitados a compartir sus conclusiones, que seguramente han de ser similares a las mías.